D esde el retorno de la democracia, la dinámica política en España ha estado marcada por dos ejes tradicionales: el izquierda-derecha y el centro-periferia. Estos dos elementos, presentes en la mayoría de los países, han representado un desafío significativo para la formación de gobiernos en el contexto español. Los dos partidos hegemónicos, el PP y el PSOE, han requerido en varias ocasiones el respaldo de partidos regionalistas, como el PNV y CiU. Con la irrupción de nuevos partidos en el escenario político, la fragmentación parlamentaria ha experimentado un aumento, incrementando la necesidad de contar con los votos de partidos regionalistas para lograr gobernar. Particularmente esta dinámica se ha manifestado en las investiduras de Pedro Sánchez, quien ha sido capaz de contar con el apoyo de las distintas fuerzas nacionalistas. A lo largo de la etapa democrática, las agrupaciones políticas regionalistas con más peso han sido, en el caso del País Vasco, el PNV, y en Cataluña, CiU. Si...